Versos libres

Juan Antonio Villalba Velásquez

 

 

Aquel día

 

Esplendor y emoción,
aquel memorable día;
en que cálida conciencia
despertó a la vida.
Del mundo comencé
a recibir mil sensaciones.
Hermosa madre,
a quien su dulce amor
yo le pedía. Inmaculada ella,
en su corazón enseguida,
abrigaba mis dudas
y mis aspiraciones.

 

Horror y angustia,
aquel oscuro y cruel día;
en que descubrí del mundo
fatídica caída.
Muerte surgió ante mis ojos
en frías situaciones.
Diabólico es callar así,
del ser, su melodía.
Acciones compactas
por encontrar una salida,
del pecho se activen
sus mejores radiaciones.

 

Hermoso y sublime,
aquel maravilloso día;
que en trajinado corazón,
la mente convida
a una tregua. Por el alma,
humaniza razones.
Por primera vez, preciosa fe,
su luz encendía;
tendiendo los puentes
a la voluntad unida,
esfuerzo descomunal
por cambiar condiciones.

 

J.A.V.V.

 

Mi bella

 

Te contemplo desde mi ventana...
y tú no te das cuenta, mi bella.
Lívida entre la bruma te desvaneces
lejos de mis anhelos, mi bella...,
salto al vacío y no vuelo, y no caigo,
y no te encuentro, mi estrella...
Suspendido en la nada no escucho,
no veo, solo soporto tu ausencia...,
y huyen lejos el miedo y la muerte,
ya contra mí nada pueden...
¿Qué me quitarían?...
si la vida me abandonó,
si mi sangre no fluye
y mis pulmones no se llenan...
Mi corazón te contempla
desde el laberinto de la soledad...
y tú no te das cuenta, mi bella;
mi ser tambalea
a un solo paso de la locura...
y tú suavemente te alejas...
¡Si tan solo por un instante
voltearas tu mirada,
si de mi existencia te enteraras!...
Tú navegas en el mar de lo imposible
y yo... me sumerjo
en el fango del olvido...

 

J.A.V.V.

 

Tu mirada

 

En tu mirada está preso
el mágico encanto de tu persona...,
y ella sin clemencia absorbe
mi voluntad e hipnotiza mi alma.
Que gusto retar a tus ojos
y en mortal contienda
ir perdiendo la batalla,
y terminar doblegado ante sus antojos.
Es que haces de mí, lo que tú quieras,
lo que te venga en gana;
con tus suaves caricias ahuyentas
mis fantasmas y mis tejidos claman...
¡qué nunca me falten tus manos,
qué nunca me falte tu mirada!...
Tus jugosos labios inundan mi ser
con el dulce jarabe de tu esencia...
y cuando me miras...
se funden nuestras siluetas,
y cuando me amas...
se funden nuestras almas.
Nuestras apasionadas olas
llegan a la costa y en la playa
encuentran la calma...
al tiempo que mi cuerpo
es liberado por tus hermosa cejas,
por tus coquetas pestañas...
El regreso a este mundo
es sublime en tus ojos,
contemplo el universo
en el iris de tu mirada...

 

J.A.V.V.