El poder de la oración

Juan Antonio Villalba Velásquez

 

 

Gratitud por el trabajo

 

¡Hermosa Esencia Divina y Creadora
gracias por concederme entre tantas
bendiciones la fortuna del trabajo!...
Invaluable tesoro que me ha permitido
crecer como persona. Que ha exaltado
mis capacidades con la promoción
de mis cualidades y destrezas.
¡Gracias por el fruto de mi trabajo!,
porque gracias a él he podido superar
mis dificultades materiales y emocionales;
su mágico poder ha reconfortado mi alma,
y ha reflejado mi esfuerzo y dedicación
en el bienestar de mis seres amados.

 

¡Gracias por la grandeza del trabajo!...
Porque él me ha hecho sentir orgulloso
de mis proyectos realizados, de recibir
el agradecimiento de aquellas personas
que se han beneficiado de mi labor y de
sentirme una persona capaz e importante.

 

¡Perfección Celestial!, por favor alimenta
mi ser con la plenitud de tu constancia,
con el caudal de tu agilidad y talento,
con la virtud de tu honestidad y esmero,
y con la inmensidad de tu amor para
hacer obras a semejanza de tu creación.
¡Gracias!...

 

Se puede complementar de acuerdo al dogma religioso de quien hace la oración

 

 J.A.V.V.

 

La oración

 

La oración es la proyección espiritual del ser humano. Dentro de ella está presente el maravilloso poder de la restauración: ella reordena cada partícula de nuestro ser, renueva nuestra energía, ahuyenta lo malsano, susurra a nuestros oídos buenas inspiraciones y reestablece la comunicación con lo Divino.

 

Los malos hábitos alejan al hombre de su esencia y generalmente su conciencia termina hundiéndose en un mar de turbulencias, y lo más grave es que junto a él maufragan los anhelos de sus seres amados; expandiéndose así su mala influencia.

 

El universo es totalmente energético, y nosotros somos como esponjas que absorbemos una infinidad de preceptos que de no ser ordenados pueden contrariar nuestra mente y nuestro corazón; dando paso a sentimientos confusos que deterioran nuestro juicio y nuestra voluntad. Así pues, el poder de la oración rompe las cadenas del embrollo y restaura el rumbo correcto del cual alguna vez nos alejamos. Además, propicia nuestro reencuentro con la Verdad Divina, abre las puertas de nuestra conciencia para que las bendiciones entren en nuestra alma y defiende nuestra integridad ante el acoso de lo malvado.

 

Mi convicción filosófica propone el concepto de una Esencia Divina de Bondad y Perfección, Creadora del universo. Las Cualidades Divinas no tienen su total exaltación en solo un género, y más cuando nuestras madres son las mayores exponentes de entrega y amor. La Esencia Creadora rompe la oscuridad en completa unidad: la unidad de los sueños, la unidad de la esperanza, la unidad del conocimiento, la unidad del trabajo y la unidad de la realización personal. Y por Decreto Divino todos tenemos derecho a participar en esa armonía. Por su entorno y experiencia cada persona tiene su propia concepción de lo Divino y esto es maravilloso, porque entre todos los seres humanos podemos concretar “la razón de nuestra existencia”.

 

A continuación presento a ustedes los conceptos que sugiero tener en cuenta para aprovechar a plenitud el poder de la oración.

 

 

 

 

 

 

 

Muralla protectora

 

Yo, (nombre de quien hace la oración),
nacido el (fecha de nacimiento).
¡Invoco tu Sagrado Espíritu, mi adorada
Esencia Creadora!... Permitidme, ¡Oh,
Extraordinaria Hacedora del bien,
poderosa guerrera de la verdad,
aniquiladora suprema del mal,
hermosa fuente de luz; ecuánime
ser de sabiduría y bienestar, invencible
guardiana del tesoro divino del amor,
de la paz, del entendimiento, de la
certeza, de la justicia y de la felicidad!...
¡Ayudadme a levantar una muralla
protectora alrededor de mi hogar ubicado
en la (dirección del domicilio)! Permitidme
construir una muralla invencible,
impenetrable, impermeable, una fuerte
coraza en donde no pueda entrar el mal.
Toda energía negativa rebote en ella y se
diluya en la nada. Majestuosa fortificación
divina donde se congreguen solo bendiciones
y fieles testimonios de tu grandeza;
así como nuestros ángeles protectores,
nuestros antepasados de bien, espíritus
sabios y todo fluido benévolo de la
naturaleza. Para que así, por la gracia de
tu Esencia Suprema; pasado, presente y
futuro, todo en uno, seamos protegidos de
todo mal y desgracia. Para que nuestras
vidas, nuestros sueños, nuestro trabajo,
nuestra unión, nuestro amor,
nuestra sabiduría, nuestra salud,
nuestra paz, nuestra fortuna
y prosperidad sean eternos.

 

Por la gloria de tu Amoroso Espíritu:
principio, creación y consagración;
por la gloria de nuestra Familia
(apellidos paternos y maternos);
y por la gloria de nuestra generación
a través de los siglos de los siglos
Amén

 

Se puede complementar de acuerdo al dogma religioso de quien hace la oración

 

J.A.V.V.

 

Oración por la Paz

 

¡Próximamente!