Poema a Canfranc

Juan Antonio Villalba Velásquez

 

 

Estación Internacional de Canfranc

 

Una tarde de descanso repasaba en internet la historia del tren. Por aquellas gratas causalidades del destino me encontré de frente con esta maravillosa estación; de inmediato, me absorbió su historia y me cautivó su belleza. Cada detalle de su construcción, de su auge, de su decadencia y de su renacer; no solo me enamoró de ella, sino también del admirable esfuerzo de cada una de las personas que a través de los años hicieron de la estación de Canfranc lo que hoy es:
“Una escultura a la memoria”.
Aquí está mi humilde homenaje y mi más sincera dedicación.

Locomotora majestuosa de Aragón

 

I - ¡Emerge la explanada de Arañones!...

 

Canfranc, ¡locomotora majestuosa!,
que arrastras mil vagones de emociones;
¡hoy viajas en el tiempo muy suntuosa!

 

Nos traes del pasado sus acciones,
y llevas pronta nuestra admiración;
!es mágico el mensaje en tus lecciones!

 

Del alma el manifiesto es fiel canción;
que clama aragoneses a nación,
¡el tren del norte útil inversión!

 

Un pueblo en sus entrañas decisión,
progreso y bienestar para sus hijos;
¡los años no pasaron sin acción!

 

 

La fe no defraudó, lo ven sus ojos;
Somport abrió el paso a la estación,
¡Tortiellas e Iserías son testigos!

 

Camino de Santiago inspiración;
que Ayerbe sembró para protegerte,
¡la guardia natural, que es oración!

 

Benito, tú domaste alud, torrente;
garganta en Estiviellas juntas diques,
¡tu bien en Epifanio está presente!

 

¡Emerge la explanada de Arañones!;
así don Aragón cede su paso,
Cargates da también calma a intensiones.

 

Varón Coll de Ladrones fuerte abrazo,
Torreta Fusileros bella guarda;
¡ustedes de la reina su Pegaso!

 

 

En Aspe y Aragón no tienen barda,
¡Y ahí estás tú, naciendo para Europa!
¡Canfranc, es la estación de la esperanza!

 

Alfonso rey y Gastón jefe son tropa,
proclaman tu existencia con orgullo,
¡Fernando es el artista de tu ropa!

 

Veintiocho año, dieciocho del gran julio;
trescientos con sesenta y cinco días,
¡ventanas van abiertas al futuro!

 

II - ¡Grandiosa es tu presencia!...

 

Tus verdes puertas dan paso a alegrías
en buen arribo, a cruel pena en partida,
¡amparo y libertad en duras huidas!

 

 

De piedra y hormigón inmortal vida;
gran cúpula y vestíbulo del arte,
¡escudos en pared belleza fluida!

 

La clásica pilastra es linda amante
del casco de mercurio y del viajero;
¡taquillas señoriales déco arte!

 

El quiosco de periódicos, cartero;
vitrinas biblioteca, majo vuelo;
¡airosa balaustrada da acceso!

 

Son tréboles y círculos tu suelo;
en pie, allí contemplo bellos lienzos,
¡agradas tanto qué seguro vuelvo!

 

Pizarra altiva en tus líricos techos,
pináculos sublimes ¡tres coronas!,
¡leal hueste de buhardillas sacan pechos!

 

 

¡Grandiosa es tu presencia!, así lo entonas,
tu cutis, club revoco a tirolesa;
¡tus guapos marcos, tus sobrias impostas!

 

Tu grácil crinolina es marquesina,
tu arco rey, !molduras y clave hermosas!;
¡versado frontón sobre tu cornisa!

 

Augusto tu chacó, dos centinelas;
altivos torreones en tus manos,
¡abrazo gigantesco aprieta venas!

 

III - ¡Tus mágicas historias!...

 

Eléctrica y vapor uniendo hermanos;
transbordo enmarca mágicas historias,
¡misterio en galerías de los sótanos!

 

Bullicio en el casino y comisarias;
aduanas, correo y sala de equipajes;
¡colonia con colegio y alegrías!

 

 

El treinta y uno incendio tú combates,
entrada y librería soportan llamas,
¡el fuego en restorán daña montajes!

 

Acción del treinta y seis túnel con tapias;
entonces, con paciencia esperas sabia,
¡y llegan el cuarenta, oficio y ansias!

 

Al norte, vil ejército, estar enerva;
es oro y opio trueque por wolframio,
¡tus ojos ven pasar bien y soberbia!

 

Es Albert Le Lay héroe en audaz gremio;
su temple es el escudo del vejado,
¡oír su inteligencia lleva al premio!

 

Y Lola, “ni tres ni reves” ha hablado;
Astier, años de cárcel soportados,
¡bendiciones a quienes no he nombrado!

 

 

Por San Sebastián títulos a aliados;
personas a Madrid, por fin Lisboa,
¡mil trenes nos resguardan de malvados!

 

Le Lay huye y regresa con victoria,
se queda aquí ni Charles se lo lleva;
¡Canfranc eres baluarte de memoria!

 

Humilde en tu trabajo, meta nueva,
¡que no se nos olvide lo pasado!,
¡el tiempo corre y él nunca te lleva!

 

Seducen otras rutas al recaudo;
en cambio el peregrino es fiel a marcha,
¡Sí, aunque él parezca lento, es raudo!

 

Dual tiempo y no hay límite en distancia
¡él, ágil va al pasado y vuelve a la hora!
¡turistas lo disfrutan en su estancia!

 

 

Cae puente el viernes santo, ¡gris aurora!
¡hoy de L’Estanguet no se ha parado!
¡Bedous y Canfranc alzan vuelo ahora!

 

Ellos no renunciaron, han soñado
¡un solo valle, empuje de naciones!,
¡también los Pirineos ven con agrado!

 

¡Emerge la explanada de Arañones!;
comienza al monumento alistamiento,
¡en pueblo renacer de ilusiones!

 

Acaba soledad, se va tormento,
y van y vienen cascos y herramientas,
¡no son ruinas, actual su campamento!

 

Y ven los melancólicos maletas
en tren moderno, noble y de gran porte,
¡sutil detalle acorde a sus facetas!

 

 

Y ahí están los dos, ¡reina y consorte!,
los rieles unen buen amor y ganas,
¡él guía del viajero y ella es arte!

 

Paisajes de la tierra en tus ventanas;
suspiro al contemplar bello horizonte,
¡tu andar fluye en el alma, y bien la sanas!

 

¡Dichoso tú al tener preciosa amante!,
¡Canfranc, la soberana de Aragón!...
¡obreros, bendiciones por importe!
¡de España joya, te doy el corazón!...

 

J.A.V.V.